¿Porqué no quiero estar con mis hijos?
El otro día una mamá después de una charla taller me decía… «cuando preguntaste qué es para ti cuidarte, qué haces para cuidarte, y cargar energía ?… la mayoría, lo primero que pensamos fue en dejar a los niños y hacer algo para nosotras, solas. Huir de la cotidianidad, del quehacer diario. Pero tu dices que estar con tus hijos te carga de energía… que cuando piensas en cuidarte, entre otras cosas, es estar con ellos haciendo cosas o simplemente estando. Por que no nos pasa eso a nosotras?»
Cuando mis dos primeros hijos eran pequeños no podía estar sola con ellos, me desbordaba o me aburría, o me agobiaba, sólo hacía y hacía, lavadoras, cenas, limpiaba, ordenaba… tenia aversión a estar sola con ellos, acompañándoles. Me buscaba planes, íbamos al parque, a comprar… hacer y más hacer, por no estar ni ser.
En secreto sentía que no quería estar con ellos. Quería que pasaran las horas, las tardes, los días… los años… pensaba, «bueno cuando crezcan ya jugaran solos, o seran más independientes… será más fácil» esperaba y esperaba que llegara su padre, que me tocara mi momento, sin ellos.
Mucho tiempo guardé la culpa de sentir no poder sostenerlos, no querer sostenerlos, en definitiva no querer estar con ellos.
Cuando Jordi empezó a viajar no me quedaba otra que ESTAR todo el día con ellos, no iban al cole, acabábamos de mudarnos, no conocía a nadie…
El doloroso secreto seguía encerrado, entre barrotes de culpa y olor a sacrificio.
Conocí el Yoga por estar embarazada del tercero, y me permitió probar el estar cada día conmigo. En el momento de la meditación no soportaba estar conmigo misma. Me dolía todo, me picaba todo, me molestaba la postura, los pensamientos, los ruidos,… desistía rápido.
Me fui dando cuenta que estar con ellos, acompañándolos sin juicio, sin dirigir, sin expectativa, se parecía mucho a la sensación que tenía al meditar.
Comprendí una tarde de conflictos con mis hijos una cosa: en realidad, con quien no quería estar era conmigo misma, no con ellos.
Estar con los niños, en silencio, acompañando, sin dirigir, escuchando verdaderamente, sin proponer, sin expectativas ni juicios significa parar, parar la máquina mental, significa aterrizar EN EL PRESENTE, al presente que ellos viven, al absoluto, ese que permite ver como estás y te chiva qué necesitas verdaderamente, que muestra tu realidad emocional no atendida, no mirada.
Y eso es tan insoportable tantas veces, es tan doloroso, que preferimos seguir haciendo, seguir planeando, seguir en la mente pensante, esperando que llegue tu momento, sin ellos, a solas, para evadirte, no para cuidarte, esperando que lleguen esos momentos de desconexión de ellos y de ti.
Cuando pude tomar conciencia de cuanto me incomodaba estar conmigo, sola, pude soltar la culpa de mala madre que encerraba el dolor de no sentirme, no escucharme, no atenderme. Y empecé a escucharme, empecé a sentirme, a vivir más presente en mi, en la vida, en mis necesidades auténticas… poco a poco, sientes, sencillamente te sientes. Te permites estar donde estás, te escuchas aunque no sea lo que la mente quiera oir, y empiezas a actuar. Y poco a poco te empieza a gustar estar contigomisma, te empiezas a amar.
Empecé a disfrutar de estar con ellos, a disfrutar de verdad. Ya no me resulta doloroso, ni incómodo, es más, siento el placer de volver a la tierra, al cuerpo, al ritmo natural. Como quién va a la naturaleza para desconectar, y siente calma, siente más el cuerpo y se siente más viva. A mi me pasa con ellos, ellos me muestran el ritmo de la naturaleza, el auténtico, el presente amoroso, el placer de sentir el cuerpo, el silencio que te reconforta. Ese espacio donde no hay tiempo, ese espacio donde Ser, sencillamente Ser quien eres.
Así que a esa mamá y a todas, estar con nuestros hijos nos carga de energía siempre! si nos permitimos ser y estar presentes, si dejamos la mente en reposo, si nos colocamos en el cuerpo y respiramos con el corazón abierto. Ellos son los maestros de cómo hacerlo, de cómo ser, sin juicio ni objetivo, sin miedo ni culpa. Ellos son los que nos acomapñan a nostras, a sentirnos plenas otra vez, plenas de amor, plenas de nosotras mismas, como ellos lo estan cada día.
10 Comentarios
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Maria Elvira
Precioso texto, muy sincero. Me ha encantado... Aunque entiendo bien el hecho de que disfrutas de los niños y el cambio que hiciste, no entiendo el Cómo? Cómo cambiar eso? O fue simplemente pensar en que tenías que sentirte bien y fue todo mental.. Yo estoy en la fase "todo el día con ellos y hacer y hacer cosas en casa" :( y es agotador ... Un abrazo! Tienes un blog precioso :)
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Cristina
Muy buena reflexión, en efecto muchas veces las madres estamos ahí sin estar realmente y no estamos bien y además los niños, lo detectan. Creo que has dado totalmente en la clave. Se trata de estar en el aquí y ahora con ellos y siempre. No hay otra forma de disfrutar plenamente.
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Anawara
Cómo lo hiciste?
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rauxes
Moltes gràcies per un text tan sincer i transparent. Comparteixo aquest sentiment de culpa que tenies per no poder 'estar', i la necessitat de parar i començar des d'un altre lloc. Intento aprenendre d'aquesta capacitat dels infants de simplement ser, no projectar en el futur o en 'vies d'escapament' que se'ns queden curtes. Moltes ganes també d'aprendre una mica més en algun dels teus tallers. Una abraçada :)
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Ara
Desde que enviude no me gusta estar con mi hijo, el solo quiere jugar y jugar y a mí no me apetece se que me pesará en el futuro pero, es que no me nace y no es que no lo quiera, lo amo con todo mi corazón pero, para mí es muy duro todo esto porque cargo con todo yo sola
Noelia
Qué texto tan sincero! Me ha llegado bien dentro y me ha removido... da mucho mucho que pensar! Gracias Carlota por abrirme los ojos y hacerme reflexionar (una vez más) con tus sabias palabras! Un fuerte abrazo!! Al prox taller en Bcn o cerca me apunto ;)