Confiar en la vida igual que lo hace un niño
A mi hijo le sucede algo muy común que depende de cómo lo mires puede ser horrible o una oportunidad.
Supongo que a muchos os pasa que vuestro hij@ entra en crisis y desencadena una super rabieta por «menudeces» tales como cortarle la tortilla, la carne o el pan antes de que él lo pida o de manera no dictada por él… pelarles el plátano como ellos no habían decidido, o servirles agua en el vaso no escogido… entran en crisis y empiezan a pedir, llorando, que les unas los trozos, que no quieren otra tortilla sino esa pero entera, que le vuelvas a envolver el plátano igual que antes o que «enganches» los espaguetis cortados en trozos más grandes…
Concretamente con el cortar, Ot, tiene un tema… en más de una ocasión hemos estado media hora de rabieta porque le había cortado la tortilla en trozos demasiado pequeños o porque el sentido del corte no era el que él quería…
Mi madre hace poco me comentaba que le pone mucha atención a eso para que no entre en crisis, y me preguntaba que hasta cuando le duraría «eso», que qué podía significar «eso», etc.
Ella es muy prudente al preguntarme este tipo de cosas porque respeta nuestra manera de educar y criar a los niños, sé que hay otras personas que no pueden sostener estos «caprichos» y entienden que lo consentimos demasiado.
Yo le expliqué desde un punto de vista racional, que Ot vivió una separación muy dura y violenta cuando lo llevamos a la guardería a los 9 meses, así que él vive bastante mal las «separaciones», llamémosles «cortes», así que yo entendía que en cada trozo de tortilla mal cortado él sacaba su rabia no expresada de cuando era un bebé.
Él necesita decidir cómo y cuando se corta su tortilla y necesita sentirse respetado en ello. Y sobretodo, si hay algún «corte» fuera de lugar, necesita ser sostenido en la rabia, el enfado, el llanto y la crisis desencadenada porque yo no pude hace casi 4 años sostener su dolor, porque yo no estaba allí.
Todo esto lo entendí en una conversación con Laia, la educadora de Moixaina, porque le llamó mucho la atención la práctica que Ot tenía con el barro a la hora de cortarlo y volverlo a unir, como si le tranquilizara probar una y otra vez que una vez cortado podía volver a unirlo… qué maestro es mi hijo!!!
Cuando le di la explicación a mi madre se quedó mucho más aliviada, porque el saber de dónde viene te ayuda a sostener mejor una crisis, rabieta o expresión de dolor. Me dijo «ahora lo entiendo!».
Días después me quedé pensando sobre el tema… Yo sabía de dónde venía ese dolor y como lo estaba, poco a poco, liberando, pero cuántas rabietas, crisis o lloros incesantes no entendemos, no sabemos de dónde vienen, cuál es el motivo o de donde nacen? Casi todas! y por no entender, desde la mente, el porqué o el origen nos cuesta más estar presentes y no perder los nervios.
Entonces entendí que de eso se trata el confiar, confiar a ciegas que lo que él hace lo hace para autorregularse, para expresar, para liberar, para sacar…sin querer entender desde la mente porqué.
La confianza no entiende de razones ni de interpretaciones, la confianza es! sin juicio.
Porque hay y habrá muchas cosas que se nos escapan y se nos escaparan, y gracias que así suceda porque nos volveríamos locos… de tantos razonamientos y búsquedas de verdades…
Simplemente confiar en nuestro hij@ y poder estar igual de presente y poder sostener desde la calma una rabieta con o sin «motivo». Ese es el verdadero camino de la crianza respetuosa, de la crianza con respeto por sus procesos, por su autorregulación.
Somos nosotros, los adultos que estamos en la mente todo el tiempo, los que necesitamos los argumentos o interpretaciones, ellos son más simples: viven las emociones y siguen el dictado del pensamiento del corazón, y así actúan, sin juicio, sin el esto está mal, es adecuado, es mal momento…
Y como todo lo que mis hijos me enseñan de ellos lo extrapolo a la vida… he entendido que confiar en la vida es lo mismo, no buscar tantos porqué, tantas interpretaciones, tantos orígenes, sino fluir en el presente tanto en las crisis como en la calma sin juicio!
En definitiva, confiar en la vida igual que lo hace un niño!!!
0 Comentarios
-
Anónimo
Esta sociedad, los mayores, estamos embarcados en barco sin rumbo; primero, no existe la responsabilidad necesaria para empezar a tener descencencia; la carrera más dificil de aprender, es, educar hijos. Los mayores, nos dejamos arrastrar por la pasión de las veleidades, sin tener en cuenta hasta donde podremos llegar; sin preocuparnos, la huella, vamos dejando por el camino. Cuando nos damos cuenta, vemos, hemos trazado camino tortuoso; ese camino tiene muy mal arreglo; de ahí vienen las consecuencias negativas de los niños y de todos los demás.
Martha
Hola Carlota, que entrada más hermosa, y cuánta sabiduría, está frase em encantó: "La confianza no entiende de razones ni de interpretaciones, la confianza es! sin juicio"
La verdad es que tiene mucho significado lo que dices, a mí también me pasa mucho con mí peque de 5 años y muchas veces me alejo de esto que es tan simple: Confiar, Fluir, entender desde el corazón y no desde la Razón... Creo que ese es el gran reto de todos nosotros como padres, amarnos para Amar sin condiciones a los niños, ya que son nuestros mejores maestros!!!
Gracias por estar... <3
Un abrazote!!!