Cuidar la creación

Cuidar este momento como el momento Sagrado que es, cuidar el cuerpo como el templo donde se crea la vida, justo en este momento, cuidar el entorno emocional como el cojín donde se apoya la creación que sucede justo en este momento, cuidar la mente como las semillas que germinaran en el interior de la creación que está siendo justo en este momento.

Respetar el ritmo de la naturaleza, el ritmo de la creación célula a célula, el ritmo de la llegada de esta alma a la Tierra, y cuidar el cuerpo, las emociones y el alma que contienen esta Creación divina.

El embarazo es el momento en el que se establece la base emocional y psíquica que después nos acompañará durante el resto de nuestro vida. Que mejor momento para sentir la felicidad, la calma, el relax, la conexión, la confianza, el amor… tu y él o ella.

En este embarazo conecto con este aprendizaje, miro hacia atrás, mis otros tres embarazos, y reconozco el momento vital que vivía yo reflejado en ellos, en su manera de ver y afrontar la vida. Veo el desarrollo del parto de cada uno reflejado en sus ritmos y sus bloqueos, sus diicultades y sus habilidades. Sin culpa, ellos me eligieron a conciencia, yo les acompaño en su decisión y humildemente me veo como una ingrediente más en su camino de vida.

Pero desde esta consciencia, desde el aprendizaje del cuerpo de este cuarto embarazo, siento la necesidad de hacerlo diferente, de cuidar al máximo y a la medida de mis limitaciones este proceso. Con consciencia decido y creo tiempos y espacios donde sentir mayoritariamente la calma, la seguridad, la tranquilidad, la felicidad, el bienestar, la alegria…  Alejando el estrés, la angustia, la desconfianza, el mal humor, el miedo…

Mucho mimo y atención en el cuidado del cuerpo, del templo, del espacio físico sagrado en el que se crea este nuevo ser. Y también sin culpa, con mucha escucha por lo que me pide y qué necesita realmente, sin escuchar lo que debería, o lo que dice tal y tal sobre lo que es mejor, siempre escuchando y atendiendo desde el cuerpo.

Cuido qué hago y qué dejo de hacer siempre en pro de cómo me sienta, de la experiencia que me aporta, felicidad, tranquilidad, amor o angustia, mal humor, miedo… Pongo mirada en hacer aquello que me conecta y me centra: la naturaleza, estar con mis hijos haciendo lo que nos llena a todos, estar con gente que me aporta, gente que me inspira, que me alegra la vida, actividades que me conectan, hacer esas cosas que hace tanto que no hago cada día porque el trabajo y el dia dia lo ocupa casi todo… dejo el sacrifico para cuando no esté embarazada, con la esperanza de que ya no vuelve más a mi vida.

Y sí tengo tres hijos más, tres hijos que atender, pero la prioridad sé cual es, y sin culpa (otra vez sin culpa… porque la culpa solo nos quita energía y nos baja la autoestima) priorizo la necesidad del bebé que se gesta en mi. Él o ella es  quien más necesita, seguro! Y claro, la creatividad, la red, la tribu, los recursos sociales se ponen a disposición de crear este entorno para que sea posible esta dedicación, no los que nos ofrece el sistema o el estado por que digamos que no existen, sino que buscamos en nuestra red y en los recursos locales para que sea posible. La pareja, los abuelos, los amigos con hijos, los servicios de limpieza, la organización de tareas del hogar, etc… Los regalos del nacimiento del bebe pueden empezar en estos detalles: que te regalen una persona que limpie tu casa durante un tiempo, comida congelada semanalmente, una persona que te ayude con tus otros hijos una o dos veces a la semana, etc. Crear red entre mujeres, amigas, vecinas, para que el cuidado de lxs hijxs sea comunitario y las necesidades de lxs niñxs esten cubiertas y las nuestras también. Tengas recursos económico o no.

Y claro, también pasan cosas, el momento político que vivimos, el momento social y económico de la familia estan ahí, sucesos inesperados aparentemente negativos, eso no lo puedes controlar, pero sí puedes controlar lo que sucede en tu interior, puedes decidir cómo vivir eso que sucede y lo que despierta en ti. Puedes decidir cuidarte aun todo lo que suceda a tu alrededor.

En este embarazo soy consciente que este bebé decidió gestarse y crearse en un momento en que a su madre, a mi, se me despiertan sentimientos de injusticia, de reivindicación, de rebeldía, de fuerza y de impotencia a partes iguales, soy consciente que eso se ha despertado en mi por el momento que vivo, y está bien, soy consciente y acompaño estos estados emocionales de silencio, de mantras, de momentos de calma para vivirlos con amor, no con rechazo ni culpa… Lo vivo sabiendo que este bebé tendrá estos ingredientes registrados en su psique, en su mapa emocional… sin juicio de si eso es bueno o malo.

Si acepto y amo esto que sucede en mi, él o ella también se amará siendo con estos ingredientes.

En otro embarazo sentí la desconfianza y la carencia por el momento económico que viví  pero lo viví mal, sin consciencia, lo viví desde la culpa y con rabia… y sí esos son «ingredientes» que estan en uno de mis hijos y que yo acompaño con amor, intento que sin culpa, para que él pueda transformar esa desconfianza en confianza y amor. Acompaño la decisión que él tomó de llegar a esta Tierra a través de una madre y de una vivencia que ahora forman parte de él y confio que él tiene las herramientas y los recursos para, cuando esté preparado, trascenderlos.

Me quedan tres meses de cuidados y mimos que serán el preámbulo de lo que vendrá cuando el/la bebé esté aquí, en mis brazos. Cuidados y mimos que me preparan para la entrega que conlleva un bebé acabado de nacer, creciendo cerca de mi cuerpo pero ya no dentro de él. Cuidados y mimos que preparan el terreno para vivir el puerperio como nos merecemos llenas de felicidad, de energía y con la vibración alta, para acoger el movimiento interno que despierta el puerperio, para acoger con amor, la nueva etapa.

Soy Carlota Sala Rabassa y la maternidad supuso una revolución en mí, y en mi familia. Desde que llegó mi primer hijo, nuestra vida empezó un nuevo camino y ahora soy madre de cinco niños maravillosos que son el motor de cambio y retorno a una vida consciente. Vivimos en medio de la naturaleza y mis hijos no van a la escuela. Soy practicante de la VIDA, y divulgadora del CUIDADO.

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