¡No con mi ejemplo!

Mi cuerpo ha pedido alto y claro qué necesita y he dicido dárselo, sin miramientos, he decido parar! Dejar de hacer. Principalmente mi trabajo, pero también cosas de la casa, delegar y soltar.

A mi mente le ha costado un poco ceder ante las demandas y necesidades de mi cuerpo embarazado. Siempre encontraba una excusa para decir: bueno espera y probamos, seguimos y ya vemos. Pero mi cuerpo es sabio y me ha mandado las señales adecuadas para decir hasta aqui! y sin ir a mínimos, es decir, dejar  de hacer lo mínimo para sobrevivir y estar más o menos bien, no! este bebe y yo nos merecemos estar muy bien para seguir este proceso. Y que nazca en el mejor entorno físico y emocional.

Y no, no me voy a sentir culpable, ni débil, ni floja, por escuchar mi cuerpo y sus necesidades, no le voy a hacer este regalo al patriarcado que domina este sistema social y económico, no voy a desconfiar de mi cuerpo pensando que tiene defectos de fábrica y no sirve, ni voy a pensar que es caprichoso en demandas, ni es vago… antes desconfio de las obligaciones para con este sistema que no nos nutre ni nos respeta, del ritmo que nos “obliga” a llevar y de las creencias que nos inculca desde pequeñas.

Mi cuerpo no es débil ni flojo porque no pueda con todo, tiene unas necesidades claras para gestar este bebé, no es mi cuerpo el que está equivocado por demandar lo que necesita, es el entorno (artificial) que lo acompaña el que no está a la altura…  No voy a desconfiar de él ni a dudar de su capacidad de gestar, parir y criar a mis hijxs, y decido seguir su sabio consejo para ponerme a favor del proceso de crear un bebé, que él sí sabe cómo hacer y que mi mente y, queda claro, que el sistema no saben.

El error, lo que funciona mal es el sistema socioeconómico que nos exige renunciar a vivir con dignidad, y nos obliga a sobrevivir con una salud mediocre, una felicidad dependiente y una plenitud inexistente. Un sistema que te exige que renuncies a la conexión con tu cuerpo y las señales que te indican qué necesita para estar bien, en plena forma, rebosante de salud, y así andamos, yendo a trabajar con síntomas, encargándonos de todo con cansancio acumulado, tirando de un carro que no sabemos ni a donde va, y lo peor sintiéndonos culpables sino llegamos y dudando de la capacidad de nuestro cuerpo para vivir plenamente o para gestar y parir por que se pone enfermo o se contractura o te muestra con señales de dolor qué algo no funciona.

No! No les voy a enseñar a mis hijos a renunciar a lo que son, sienten y necesitan en cada momento y en cada etapa de su vida en pro de un sistema economico que nos denigra como seres. No con mi ejemplo!

Mi necesidad es clara, estoy creando un bebé en mi vientre. De dos células he transformado y transformo energia,  creo células nuevas que se convertiran en organos y tejidos que formaran un bebé sano y lleno de vida, y eso no es poca cosa, aunque el sistema patriarcal lo menosprecie.

Además tengo tres hijos, que también tienen necesidades, y además soy autónoma y trabajo en algo que requiere energía y dedicación, amor y acompañamiento. Os habéis fijado que sólo te dan la baja, a quien tiene el privilegio de acceder a ella, si estás enferma o tienes síntomas físicos, es decir dolencias, que te impiden trabajar estando embarazada, por que no miran lo que el cuepro de una mujer embarazada necesita y se ponen a favor del proceso de gestación y dejan de esperar a que se ponga enferma para que pare y se cuide nutriendo así la imagen social y el cliché de que una embarazada es sinónimo  de enferma y débil.

Decido escuchar el cuerpo y sus señales, decido soltar la culpa y el complejo de debilidad. Porque eso no es nuestro eso es el resultado de la violencia que el sistema patriarcal ejerce sobre las mujeres. Si no obecedes o pasas por el aro, eres el sexo debil, eres culpable por no poder con todo, gestar no es para tanto, y como parir no sabes ya lo hago yo por ti…

El sietema está podrido, lo sabemos, es machista, lo sabemos, y es importante que dejemos de alimentarlo con nuestra manera de hacer, con el dichoso sentimiento de culpa, de la desconfianza interna que sentimos tantas veces y sobretodo con las decisiones que tomamos. Y sé que no es fácil… para mi  parar el trabajo no es fácil, dejar de ganar dinero no es fácil, delegar no es fácil, soltar no es fácil… pero por que no nos lo ponen fácil, por que el sistema está creado de tal manera que no te sea fácil y no lo hagas.

Será qüestión de que entre todas empecemos a organizarnos y a hacernos las cosas fáciles!!!

Soy Carlota Sala Rabassa y la maternidad supuso una revolución en mí, y en mi familia. Desde que llegó mi primer hijo, nuestra vida empezó un nuevo camino y ahora soy madre de cinco niños maravillosos que son el motor de cambio y retorno a una vida consciente. Vivimos en medio de la naturaleza y mis hijos no van a la escuela. Soy practicante de la VIDA, y divulgadora del CUIDADO.

1 Comentario

  • Laura

    Poco a poco las cosas van cambiado en mi trabajo Tenemos Baja preventiva a las 24 semanas , sin enfermerad , Un abrazo y cuidate

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