Cuando todo vuelve a su lugar…

A veces la maternidad desborda…

En realidad, la vida, a veces, desborda.

Necesitas parar, estar en silencio, bajarte del tren para saber dónde estas, para saber quién eres, cómo es tu cuerpo, qué «ropa» llevas… Mirar por la ventana, a veces, no es suficiente para situarte.

Cuando estás embarazada o recién parida las hormonas favorecen un estado de plenitud (si te cuidas y te acompañas, claro), un estado de conexión contigo y tus hijos. Como cuando te sumerges en el agua y dejas de oir el exterior y escuchas el vacío… a veces es aterrador, asfixiante, pero normalmente, si consigues quedarte más de lo que tu mente te permite… es lo que más se aproxima a la paz.

En ese momento de silencio interior, silencio de mente… te sientes plena, por unos segundos o por unos 9 meses…  tu energia está focalizada en el cuerpo, creando, y es mucho más fácil estar en conexión con tu esencia. Tienes fuerza para cambiar cosas, para emprender nuevos caminos, eres más creativa, más sincera, más hechada pa lante! y también más sensible a todo lo que ocurre a tu alrededor, estás más aguda y más absorbente del exterior, más intuitiva, lees entre lineas, sabes sin saber de dónde sabes, y captas todo, lo bueno y lo menos bueno. En este momento eres más tu que nunca, aún con una barriga enorme!

Cuando pares y poco a poco el bebé crece y se va separando de ti, físicamente, esas hormonas van disminuyendo…  Casi sin darte cuenta tus corazas y prejucios sobre ti y el mundo se reinstalan, tus ideas locas, tu fuerza por hacerlo diferente, tu sabiduría mágica… pierde fuerza. De una manera tan sutil como punzante.

Vuelves a esa extraña normalidad, vuelves a esa rutina de hábitos, sobretodo los emocionales. Un día te sientes exactamente igual que antes de toda la aventura maternal, esa sensación de todo sigue igual, soy la misma sin serlo… el mal humor de fondo, el no llegar a todo, la soledad, el malestar superficial que es culpa de todos y de nada en particular… una sensación demasiado familiar que creíamos haber dejado atrás…

Qué me pasa? ya no soy feliz? la maternidad me desborda? tengo un hijo, dos o tres, es muy difícil, el sistema no está pensado para la maternidad, mis hijos no me ayudan, mi pareja está en otra cosa, no hay tribu, no hay dinero para invertir en mi, … todo es culpa de todo sin ser verdad, son excusas que nos creemos porque necesitamos sentirnos a salvo. De qué? No lo sé!

Mis expectativas son demasiado altas? soy muy exigente? tengo miedo? no soy suficiente?
No lo sé.

En las tres maternidades me ha pasado lo mismo… hay un momento donde siento que vuelvo al punto de partida sin ser el mismo punto.

Me explicaron que a partir del noveno mes del nacimiento del bebé, los chakras se cierran por completo, que energéticamente vuelves a estar como antes de parir. Seguramente has removido cosas interiores y sanado un montón más, has aprendido de ti y de tu madre y de tus hijos, te has encontrado contigo misma en la luz y en la oscuridad, te has sentido todopoderosa y quizás hiperfrágil… pero tus canales de energía se cierran como antes, vuelves a estar con los niveles hormonales normales, lidiando con viejos hábitos ya que no sientes la fuerza para establecer nuevos, te es más fácil evadirte, facebook, whatssap, internet, tele, libros… no te sientes tan conectada contigo, ni con tu bebé (que ya no lo necesita tanto), y estableces una comunicación con el mundo más mental…

Pero algo sí ha cambiado, de alguna manera soy más consciente porque siento que no queiro estar aquí de nuevo, que quiero la plenitud permanente y de vez en cuando la desconexión, no como normalmente vivimos: en desconexión y de tanto en tanto nos permitimos conectarnos a nostras mismas y si se da la casualidad al todo.

Dicen que para obtener resultados diferentes es importante hacer cosas diferentes…

Lo primero: no voy a culpar a nadie más… ni a mis hijos, ni a mi pareja, ni a mis padres, ni al sistema… todo lo que siento al respecto es mi elección…
Yo soy responsable de mi.

y lo segundo: y más difícil para mi, es que voy a intentar dejar de pensarlo todo tanto y voy a actuar… a llevar todo esto que me pasa al cuerpo… como cuando estamos embarazadas y al cuerpo que es sabio lo escuchamos más, cuando las cosas se colocan desde el cuerpo.
Sabéis qué he aprendido esta maternidad? que el cuerpo no nos engaña! Muestra nuestra realidad interior tal cual…

A ver que pasa esta vez…  Voy a probar eso que dicen los yoguis y los sabios que para cambiar algo primero empieza por tu interior…  voy a centrarme en mi interior para ver qué pasa en el exterior.

Soy Carlota Sala Rabassa y la maternidad supuso una revolución en mí, y en mi familia. Desde que llegó mi primer hijo, nuestra vida empezó un nuevo camino y ahora soy madre de cinco niños maravillosos que son el motor de cambio y retorno a una vida consciente. Vivimos en medio de la naturaleza y mis hijos no van a la escuela. Soy practicante de la VIDA, y divulgadora del CUIDADO.

0 Comentarios

  • Anónimo

    Hola C,
    me está gustando mucho leerte.
    Acabo de leer un libro que se titula Pensar con el cuerpo, y han sido buenos momentos de recorrerme a través de las palabras, que son como mi cuerpo también! :) Un saludo departe de otra C

  • Carlota Sala Rabassa

    Hola C,
    lo buscare!!! me encanta leer y más si aprendo algo y el titulo me resulta muy sugerente!!
    Gracias, saber que me leeis me hace sentir bien.
    abrazo!

  • martamalet

    me encantan tus reflexiones, mes resuenan... me mueven! gracias! ah! i me sumo con tus objetivos! no culpo y actuo! hasta pronto!

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