Guarrear
Quien no ha vivido la fase de las “potingadas” a la hora de comer o cenar? El niño metiendo la mano en el yogurt, luego en el agua, esparciéndolo por la mesa, cogiendo los garbanzos y metiéndolos en el vaso de agua o en el plato del de al lado, no es que sea un marrano… ni que no tenga hambre (mi hijo siempre lo hace cuando ya ha acabado de cenar, el tío listo), simplemente está experimentando a nivel sensorio-motriz: tocar, meter, sacar, mojar, verter, cortar, ensuciar, sumergir, esparcir, probar, … todas estas acciones permiten al/a bebe o niñ@ hacer un montón de conexiones neuronales y éstas son la base para un posterior aprendizaje a nivel abstracto (lectoescritura, cálculo, etc). Para entendernos los niños entienden el medio que les rodea, como funciona y como es a través de la experimentación mediante sus sentidos y acciones.
Lo mejor sería poderles preparar un espacio con materiales y recursos para que pudieran hacer todo esto pero de manera más libre y no con la comida que les hemos preparado para cenar… Siento que cuando Aran tiene cubierta esta necesidad la cena la vivimos más tranquilamente, desde otro lugar más calmado, él y nosotros…
Pero dejémonos de teoría, lo mejor es ver sus caras de concentración y posterior satisfacción cuando les creamos un ambiente o espacio preparado para ello y pueden hacer a su aire y con libertad todas las “guarradas” que les apetezca.
También es importante poner atención en el acompañamiento de la actividad… a mi al principio me ponía nerviosa, muy nerviosa, veía que se manchaba todo, se caía todo, se gastaba todo, se desbordaba la situación… es importante no hacerlo en cualquier sitio ni de cualquier manera para preservar los nervios de la mamis preocupadas por la alfombra, también es importante dejar que el niño haga, sin decirle las posibilidades que tiene ( “podrías hacer esto…”), sin conducirle (“no así no, así”), sin limitarle (esto sí pero esto no..), es importante que el niño esté en él y nosotros de observadores y abastecedores… al principio cuesta morderse la lengua pero a la tercera vez es pan comido.
Si tienes jardín perfecto, balcón o lavadero también sirve, y los que vivís en un piso tendreis que preparar un sitio tipo el lavabo o cocina donde si se ensucia se puede limpiar con un paño mojado…
Yo intento siempre hacerlo al aire libre, aunque haga frío, un buen abrigo y listo! si se puede claro, mi madre se lo prepara en la cocina, un poco de agua y jabón y ya!
Los materiales para experimentar pueden ser infinitos os haré una lista de los que se me ocurren, los podéis ir alternando ( no los pongáis todos) y variando según las necesidades que veáis en los peques:
Harina, semillas, legumbres crudas, agua, tierra seca, mojada, arena, yogur de colores (con colorante alimenticio), gelatina de colores, telas, cubitos de hielo de colores, barro, piedritas de diferentes tamaños, etc…
Y como complementos y herramientas con los que experimentar:
cucharas, palos, modeladores de barro, cuchillos (no peligrosos), martillos chiquitos, pinzas, embudos, coladores, esponjas, recipientes de diferentes tipos y tamaños, jarras pequeñas, aceiteros pequeños, tapones de corcho, tapones de plástico de diferentes colores y tamaño, hueveras, palos de helado, etc…
Lo ideal es que casi cada día tuvieran un espacio preparado para poder experimentar y saciar la necesidad de los más peques y no tan peques, pero a veces se hace difícil, también lo podéis combinar con el
arenero (de balcón) o la
mesa de agua.
En las fotos ya habéis visto como se lo pasan los míos, el grande y el pequeño, pero os digo que ahora, el pequeño tiene casi 2 años, nos lo pide casi cada día y si no puede ser pues no pasa nada siempre quedan los fideos de la cena…
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