La exigencia

Una de las peores formas de maltrato es la expectativa, la exigencia y el juicio que ejercemos sobre nosotras mismas.

De dónde nace ese juicio, esa exigencia… De qué herida emana…?

Si para nuestros hijxs somos perfectas… Para quién creemos que no lo somos? A quién queremos agradar? De quién esperamos aprobación?

Cuando nos exigimos tanto, inconscientemente, les exigimos a nuestrxs hijxs resultados, desde nuestro esfuerzo y nuestra perfección les pedimos, sin pedir, que estén bien, que sean felices, que estén sanos, equilibrados… Pero para qué?
Para seguir alimentando la exigencia…? Para reafirmarnos en el “lo estoy haciendo bien” y así liberar la carga de la culpa…?

O… para alejar el dolor de nuestra niña herida, la que se siente desaprobada, que no es suficiente, la que tiene que hacer más para ser vista, la que siente que si no lo hace bien no es querida, admirada, aplaudida… Quizás, esa niña, herida, busca la aprobación a través de la madre que ahora somos…? Es el momento de parar… de parar tanta exigencia, tanto juicio… Es el momento de soltar ese dolor y entender que esa aprobación, ahora, ya sólo nos la podemos dar nosotras mismas.

Es momento de que cada vez que sintamos el dolor de no hacerlo bien, o lo suficientemente bien… abracemos ese dolor como cuando abrazamos a nuestrxs hijxs en su llanto. Con la misma ternura, con la misma compasión, con el mismo amor. Y permitamos el llanto interno, y externo, sintiendo el sostén que nuestra madre interna le da a nuestra niña herida.

Nuestrxs hijxs nos enseñan cómo es el amor incondicional para que nosotras nos lo demos a nosotras mismas.

Tendemos a comparar las maternidades y sus formas… Y nos desvitalizamos, nos desempoderamos, nos herimos… Olvidando que todas las formas son perfectas, olvidando que somos la mejor madre para nuestrxs hijxs, ellxs no lo dudan. .

Recuerda que cuando no veas lo perfecta que eres es porque no estás pudiendo verte, porque estás mirando y sintiendo la herida de tu niña… Abrazala sin más.

Nos toca, también, ser madres de nuestras niñas interiores, y amarlas como necesitan y se merecen. ❤️❤️

Soy Carlota Sala Rabassa y la maternidad supuso una revolución en mí, y en mi familia. Desde que llegó mi primer hijo, nuestra vida empezó un nuevo camino y ahora soy madre de cinco niños maravillosos que son el motor de cambio y retorno a una vida consciente. Vivimos en medio de la naturaleza y mis hijos no van a la escuela. Soy practicante de la VIDA, y divulgadora del CUIDADO.

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