Sin pelo, con amor
Hace 6 años, embarazada de mi tercer hijo, sentí no querer teñirme más… Hace 6 años me rapé para empezar de nuevo, más yo, más en contacto con cómo era, cómo soy… Sentí la necesidad de verme tal cual, sin «maquillaje», sin melena teñida, sin camuflar, disimular, ajustar, transformar cómo era físicamente … Dejé de usar sujetador… dejé de depilarme… Con la única intención de sentirme en el cuerpo que había escogido, con la forma, el color, el bello, la textura…
Que daba forma a mi cuerpo y que me representaba en el plano físico.
A medida que crecía el bello de mi cuerpo, se soltaba la tensión de mis pechos, me crecía el pelo cano… Monstruos internos me acompañaban… Me veía fea, desarreglada, «dejada» incluso sucia… Todos las creencias, todas los prejuicios latían con fuerza… Porqué no te pones gomina, llevas pantalón largo, porque no usas camisetas que sostengan un poco el pecho…? Porque no te pones pendientes, o pañuelos en el pelo, o camisetas con media manga…? Para tapar, disimular, dar forma, domar… Tu pelo, tu bello, tu cuerpo… Ideas para acallar el dolor de mi inseguridad.
Pero Auró en mi vientre me dio la fuerza para seguir mirándome al espejo tal cual era. Sin nada más ni nada menos que lo que traigo de serie.
Fue un trabajo de autoestima profundo… Cambiar la mirada poco a poco sobre qué es la belleza, desde dónde se siente, dónde nace… Aparecieron las miradas ajenas, los comentarios, las caras que lo expresan todo… Y vuelta a la inseguridad… Al dolor del rechazo, a sentir el vacío de cuando no gustas.
Pero mi alma tenía claro cual era el camino… Y seguí sin sucumbir, aceptando y abrazando mi dolor, mi inseguridad el vacío interno de tantos años sometiéndome a un juicio externo.
Y entre abrazos internos, lágrimas sostenidas, la mirada limpia de mis hijos, surgió el amor por mi misma… La belleza empezó a irradiarse desde dentro… Me enamoré de mi bello, de mis canas, de mi pecho caído, de mi cuerpo huesudo… de mis ángulos y mis curvas… Puestas y escogidas por mi, para mi, para acompañarme en esta vida. (Sigue en el primer comentario)
antes residía en mi, a no sentirlo personal, y a abrir el espacio para que lxs demás también pudieran si sentían cambiar la mirada.
6 años y vuelvo al mismo lugar siendo diferente, asoman monstruos, pero ya sin fuerza, que me recuerdan que todavía hay rincones por amar, lugares internos esperando ser vistos, oscuridades en las que poner luz…
2 Comentarios
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Isabel María Álvarez Sánchez
Hola Carlota. Hace tiempo que te digo, te escucho y te leo, pero es ahora cuando he comenzado en tu comunidad. Cuándo mi hija Aitana cumplió los tres años tuve en tres semanas una alopecia universal que me dejó sin pelo durante tres años. En este proceso de caída sufrí un aborto y, la verdad, estaba más asustada por lo que estaba pasando dentro de mi cuerpo, que por lo estético. Durante esos tres años, llevé pañuelo, pero lo que más rabia me daba era que todo el mundo no hacía más que intentar convencerme de ponerme peluca. Yo, nunca quise, por dos cosas. Porque todavía había esperanza en mí de recuperar mi pelo con todo el esfuerzo que yo estaba haciendo para ello, y porque no quería aparentar algo que no era...con todo el respeto a quien elige ponerse peluca. Ahora llevo el pelo corto, porque salió, no de la misma manera, pero salió...y no voy a negar que no es un duelo despedirse de la imagen de una misma y sí es estético, pero te estás despidiendo de una parte de tí, no es fácil y necesita su duelo. Todavía tengo pendiente despedirme de ese hijx no nacidx. Gracias por tu acompañamiento.
Montserrat
Doncs si. Es un cami llarg i costarut, viure't i veure't tal com ets. Pero super apassionant. Gracies x compartir. Un peto