Canalizando la rábia… al fin!

Por fin, hoy he canalizado mis emociones de rabia, ira y desborde!!!!

Esta mañana, después de estar sola todo el día de ayer con los tres niños y avistándose un panorama similar el día de hoy. Después de varios «baches» esta mañana del tipo no hay leña en casa para encender el fuego a primera hora, no hay luz porque ayer nevó y no se cargaron las baterías (vivimos con placas solares), Auró se ha levantado super pronto con lo cual todo elquehacer matutino (ir a buscar leña, encender el generador y comprobar baterías, preparar ropa calentita y desayunos) lo he tenido que hacer con él en brazos, Jordi en cama enfermo de la barriga después de 14 horas de trabajo… el último, el conflicto que ha hecho que colmara el vaso de la rabia, la ira y el desborde, a Aran le ha caído la leche por la mesa, empapando todas las cosas del desayuno listas para tomar que había preparado tan costosamente…

Le he empezado a hablar «mal» mientras secaba con la balleta el gran charco de leche, frases que acababan con típico  «eh?, amor!» o «Ho veus, carinyo?» cargados de mala leche y desamor.

En ese momento he visto como empezaba el día, de mal, que después de este discurso deshonesto lleno de violencia sutil llegarían los gritos y llantos… y he dicidido irme a dar una vuelta… mientras me ponía las botas y le decía a Jordi que necesitaba respirar y airearme, mi mente me saboteaba: hace frío, no dejarás los niños con Jordi que se encuentra mal, está todo nevado y total no servirá para nada, luego volverás de igual mal humor, etc, etc…

Pero no he escuchado, por primera vez quería hacerlo diferente, a ver que pasaba. Alguna vez lo había hecho pero no había sido decisión previa al desastre sino al final del día salía cuando ya todo estaba en llamas… y necesitaba cargarme de aire.

He salido decidida, caminaba deprisa pero luego he dicidido correr, montaña arriba, y con toda esa rabia, ira, malhumor pisaba fuerte contra la tierra, descargaba en cada pisada, respiraba fuerte exhalando toda la tensión de mi cuerpo, corría deprisa y con rabia… ni saber cuanto he corrido. A medio tramo mi cuerpo y mi respiración han hecho un cambio, respiraba y corría fluido, sin peso, sin carga, ahora ya había soltado todo el mal rollo interior, toda la tensión y el mal humor. Ahora disfrutaba del camino, he aminorado y caminado varios tramos, he parado a ver el paisaje, he respirado hondo y quitado las botas para tocar la tierra. Y he vuelto. Corriendo, ligera.

He llegado a casa y me he dado una ducha fantástica, me sentía los músculos, la respiración, el cuerpo, el alma…
Y después todo el mal humor se había diluido, la ira, la rabia, el desborde habían desaparecido por arte de magia! Un milagro!

Hoy ha sido un domingo genial, aunque Jordi esté enfermo, aunque no hemos hecho lo que teníamos previsto, aunque haga frío y no haya casi carga en las baterías… me ha parecido un día perfecto!!!

Y los niños lo han disfrutado tanto… los miro y veo que ellos tienen esta capacidad de saber lo que necesitan, moverse, respirar, llorar, gritar, irse, jugar, volver, estar solos, hablar, patalear… y luego como si nada hubiera pasado, siguen tal cual. Yo alucino cuando mis hijos han tenido una gran discusión, se han peleado, se han pegado, han gritado, pataleado, llorado y cuando yo todavía estoy hablando del conflicto, averiguando de donde nace, quien estaba en desequilibrio y demás, ellos estan jugando a coches tan tranquis, juntos, riendo…

Tenemos tanto que aprender de ellos, volver a conecatarnos con nuestro verdadero yo, con nuestras verdaderas necesidades, con la vida, con el alma que sabe qué necesito y como colmar esa necesidad y así equilibrarme o si es necesario reequilibrarme.

PD. Creo y siento que esta claridad y fuerza para hacerlo diferente, para probar nuevas maneras, para prever, para anteponer y sobretodo la voluntad de cambiar es posible, entre otras cosas, a que llevo 20 dias sin consumir azúcar. (Pero esto os lo explicaré en otro post)

Soy Carlota Sala Rabassa y la maternidad supuso una revolución en mí, y en mi familia. Desde que llegó mi primer hijo, nuestra vida empezó un nuevo camino y ahora soy madre de cinco niños maravillosos que son el motor de cambio y retorno a una vida consciente. Vivimos en medio de la naturaleza y mis hijos no van a la escuela. Soy practicante de la VIDA, y divulgadora del CUIDADO.

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