Disfrazarse cuando eres niño

Antes de ir diariamente a Moixaina, pensaba en los disfraces como algo exclusivo de festividades como Carnaval, Haloween o fiestas de disfraces… como mucho pensaba en comprar uno al año para que tuvieran algún recurso en días especiales. Así los viví yo. Tenía tres disfraces, comprados o heredados, y de eso era de lo único que me podía disfrazar.

Después de mi experiencia en Moixaina entiendo la importancia de tener un baúl de disfraces de todo tipo (bombero, superheroes, princesa, bruja, lobo, médico, etc) para que los niños puedan juagar a disfrazarse como un juego diario más, como parte del juego simbólico tan importante en el desarrollo del niño. 
Los niños necesitan disfrazarse como parte de su juego cotidiano, a través de los disfraces representan personajes que quieren o desean ser, con características que los hacen sentir especiales, personajes de miedo para sentirse más cerca de ellos para poder traspasarlos, disfraces que les recuerdan profesiones de sus padres, de animales, etc…  No necesariamente han de ser super acabados, comprados o prefabricados, para ellos una tela a modo de capa, un palo como espada les hace sentir el superhéroe deseado, es más, cuanto más sencillo mejor porque ellos le ponen el resto con su imaginación.
Poder ofrecérselo es tan sencillo… Con telas de colores y recursos caseros puedes hacerles los disfraces que ellos elijan en el momento que elijan…  
 
Y os preguntaréis y como puedo hacerlo si no tengo ni máquina de coser…¿?
 
Si tienes máquina coser y coses, no tienes excusa pero si no tienes y no tienes ni idea de patronaje  no hay problema, con camisetas viejas, telas de colores que no se deshilachan y goma elástica tienes los disfraces que quieras. Y los accesorios: importantísimos! diademas de princesa de una botella de plástico, coronas de reina con tubos de papel de wáter, un casco de bombero con una lámina de plástico Eva,  alas de hada con tela reciclada, una rama y una cuerda para un arco, un palillo chino para hacer una barita, etc.
 

Soy Carlota Sala Rabassa y la maternidad supuso una revolución en mí, y en mi familia. Desde que llegó mi primer hijo, nuestra vida empezó un nuevo camino y ahora soy madre de cinco niños maravillosos que son el motor de cambio y retorno a una vida consciente. Vivimos en medio de la naturaleza y mis hijos no van a la escuela. Soy practicante de la VIDA, y divulgadora del CUIDADO.

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