Expectativas y papel de celofán
Lo normal en el adulto es tener expectativas sobre todo, creamos una imagen mental de lo que será aquello que vamos a empezar, una idealización de lo que acontecerá, de las personas que acabamos de conocer, de una situación concreta, un encuentro, una actividad, un lugar, una vivencia… Así nos pasamos la vida idealizando y gestionando el ajuste de esa idealización a la realidad… a veces con dolor, a veces con sufrimiento, a veces con rabia, con resignación, o con lucha… depende de cómo la persona encara la frustración…
Los niños son grandes maestros para los adultos en estos menesteres, son tan limpios, observan, viven el presente de tal forma que no caben las expectativas, sobretodo cuanto más pequeños, sólo la sorpresa y la experiencia de vida, sin más…
Propuse a mis hijos esta actividad para empezar a decorar la casa con motivos navideños, les pareció genial, estaban muy ilusionados…
Al empezar a cortar el papel de celofán se desvaneció el objetivo totalmente ya que les parecía muuucho más divertido experimentar como se rompía, como se cortaba, como se enganchaba, la textura después de arrugarlo y sobretodo como cambiaba el color segun ibas poniendo capas de papel… de tal forma que acabó siendo una performance de papel celofán más que una manualidad Navideña.
A mi me costó al principio no decirles nada, no intervenir, controlar mi control (valga la redundancia) y fluir y permitirme a mi también disfrutar sin pensar que ya no habrá papel para las estrellas de navidad, que el papel es muy caro, que se va a llenar todo de papelitos descontrolados, etc…
Pero pude silenciar mi mente, me senté a obsevar como disfrutaban ellos, sin hacer nada más, simplementemirar, estar en presencia
…
Y yo también DISFRUTÉ!
La vida es sencilla, sólo hay que vivirla
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